Song for my dog... una carta de amor para Mika.



Existen muchos mitos, leyendas y teorías sobre la vida, mi favorita es aquella que dice que nuestras mascotas son los ángeles que Dios envía para cuidarnos de cerca.

Por allá de mediados del 2020 yo me encontraba en una situación complicada. La pandemia estaba iniciando, había dejado de ir a la uni, no veía a mis amigos ni a mi familia, vivía con miedo, tristeza, estrés y todo lo negativo que puedan imaginar. Hasta que llegó Mikaela... o Mika para nuestros amigos.


Mika es una Chihuahua que está por cumplir sus dos añitos, ella nació el mismo dia que mi anterior perrito (ahora ángel) falleció. Su nombre era Kaser, era un bóxer y les puedo jurar que era el perrito más noble del mundo, estuvo cuidando de nosotros por más de 12 años... y dos meses de que falleció, mágicamente llega Mika a mi vida para rescatarme.

Yo no creo en las coincidencias, realmente siento que todo está destinado a pasar y no importa que hagas las cosas de manera diferente, eventualmente sucederá justo como tiene que pasar. Así que me gusta pensar que Kaser, Dios, la vida, el destino, o en lo que sea que tu creas, me mandó a Mika para sacarme del hoyo donde estaba y alegrar todos y cada uno de mis días.

Desde que Mika llegó a mi vida, he pasado tantas noches llorando en donde lo único que me consuela es verla mover su colita y traerme su juguete como diciendo "mamá no llores, vamos a jugar". 

Cuando es de esos días del mes donde siento que muero de cólicos, Mika lo que hace es acostarse sobre mi vientre y quedarse ahí todo el tiempo, como si ella supiera que me siento mal y quisiera consolarme, Mika tiene una capacidad de empatía increíble, y aunque yo sé que hay muchas personas que no son fan de los chihuahuas, puedo jurarles que ningún perro será la mitad de buena compañía como lo es Mika.

A song for my dog es una canción de Leslie Mosier, en donde ella canta todo lo que yo quisiera poder decirle a Mikita y a veces no encuentro las palabras.


Soy una foránea viviendo sola lejos de casa, pero mi pequeño departamento nunca se ha sentido vacío. Siempre suenan cuatro patitas siguiéndome los pasos, y aunque yo sé que ella no estará toda mi vida junto a mi, al menos me gusta pensar que yo si estaré en toda la de ella, intentando darle mucho más del amor que ella se merece.







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